sábado, 8 de diciembre de 2007

viernes, 7 de diciembre de 2007

¡Te la comiste William Lara!




Por: Nicolás Toledo Alemán


Si yo fuese Chávez, estaría a punto de mandar a William Lara allá, detrás del stadium, bien lejos. ¿Cómo se le ocurre a este sanguijuela venir a defender el uso de la palabra "mierda" por parte del Presidente, trayendo a colación a -y, de hecho, comparando a Chávez con- García Márquez? Si yo fuese Coronel, lo que menos agradecería fuese que, para justificar mi escatología y mi iracundia, me compararan con la frase del Gabo que él pone en boca del coronel Aureliano Buendía: "Comeremos mierda" . Es como decir a los cuatro vientos: los coroneles pueden usar esa palabra, en el fondo Buendía y Chávez, saben de que hablan: ambos son o están comiendo mierda. Buendía por sesenta y cinco años, Chávez por una década menos. Pero el rastacuerismo de Lara es tan poco afortunado que no se percata, además, que la frase en cuestión que escoge para repulírle las gónadas al Presi, la que el Gabo pone en labios de Buendía viene precedida de esto:
—Si el gallo gana —dijo la mujer—. Pero si pierde. No se te ha ocurrido que el gallo puede perder.

—Es un gallo que no puede perder.
—Pero suponte que pierda.
—Todavía faltan cuarenta y cinco días para empezar a pensar en eso —dijo el coronel.
La mujer se desesperó.
—Y mientras tanto qué comemos —preguntó, y agarró al coronel por el cuello de la franela. Lo sacudió con energía—. Dime, qué comemos.
El coronel necesitó setenta y cinco años —los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto— para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder.
— Mierda.

En fin, en su desespero por llegar primero a lamerle las botas, Lara produjo en su genuflexión estas calamidades: 1.- Comparó a Chávez con el Gabo 2.- También con Uslar Pietri 3.- Citó a un Coronel perdedor y solitario 4.- Dijo que Chávez como Buendía comerían mierda 5.- Dijo que ambos habían necesitado cada minuto de sus vidas para llegar a eso 6.- Mencionó que el gallo era perdedor 7.- Recordó que quien agarró al coronel del cuello y lo sacudió con energía fue su mujer... Elocuente y certero el ministrico. Como el personaje del cuento del "Sastrecillo valiente" pudiera repujar en su cinturón la frase: "Siete de un golpe"

lunes, 3 de diciembre de 2007

¿Quién puede asumir el timón?

Por: Nicolás Toledo Alemán


“Si gana el No tendré que iniciar un proceso profundo de reflexión y pensar, en los próximos cinco, en quién puede sustituirme. Al día siguiente pensaré en mi retirada, para ver quién puede asumir el timón”. Hugo Chávez


¿Quién se vislumbra como nuevo timonero? Veamos:
No puede ser Diosdado. En su empeño por ser el delfín ha tenido intervenciones públicas que lo descalifican: no vio más de 600 personas en la ave. Bolívar en la concentración del NO, por ejemplo. Aunque pensándolo bien, eso no le debe desagradar al líder, él mismo alienta ese tipo de trato contra el sentido común y la verdad. Al líder le debe importar si, el fracaso de Diosdado en movilizar a sus potenciales electores en el Estado Miranda donde el rechazo a la reforma debe ser uno de los más altos del país.
No puede ser Jorgito: si bien dio la cara ante los medios (si es que se le puede llamar cara a esa especie de careta guazonesca con alopecia con que se presentó en rueda de prensa) a él le corresponde ser el padre de la derrota ya que Chávez negará esa paternidad como lo hace cada vez que trae al mundo tortas.
No puede ser Jessie: si le traiciona el subconsciente tan fácilmente, dando ganador al NO dos días antes de las elecciones, como será cuando tenga que defender al indefendible que te conté cuando sea "el gobierno anterior".
No puede ser Iris, ni Cilia, ni Desiree porque sus anexos al proyecto original de Reforma la hicieron más intragable aún.
No puede ser ningún gobernador: ¿cómo serlo si ni siquiera movilizaron gente a los mitines ambulantes de empleados públicos, comprados unos, chantajeados todos?
No puede ser Nicolás: como serlo si a él le debe los fracasos más estrepitosos en política internacional amén de que no le pudo llevar unas cartas y unos videos hasta París a tiempo de mostrárselos a Sarkosy.
No puede ser Arias Cárdenas: cómo así si no le tiene el más mínimo respeto y lo tiene lejos tan sólo porque gallina no puede ver sal.
Tampoco puede ser William Lara: pues lo único peor que un Aló Presidente sería un Aló Presidente con William Lara.
No puede ser Rafael Ramirez: porque si le da más infulas ahora como delfín puede que deje de tapar los agujeros que hacen tan negra a la caja de Pdvsa.
Como faltan cinco años, tal vez y opte por preparar a Carlos Sierra el aguerrido dirigente de las faccios estudiantiles; ahora que todavía tiene tiempo de que se nos olvide que cobra tarifa de los cuerpos de seguridad de la Alcaldía de Caracas.
Una cosa será segura, el desfile de candidatos le garantizará al comandante tal vez una dicha que la mayor parte de los mortales nunca disfrutaremos: la de llegar a conocer cuán profunda es la soledad del que todo decide y nada le reconforta.

Ese no es el resultado definitivo


Por: Nicolás Toledo Alemán


Los resultados anunciados en la madrugada por el CNE, no serán los resultados definitivos.El anuncio hecho por la rectora Tibisay Lucena luego de casi cuatro horas de negociaciones entre Chávez y los militares es el producto de haber escogido con pinzas el más favorable mix posible para que Chávez pudiera conformar una matriz de opinión que le lavara la cara y mitigar así en los medios nacionales e internacionales, los efectos políticos de su derrota.

Hoy los titulares de la prensa mundial hablan de un resultado cerrado y de un Presidente demócrata que reconoce los resultados adversos y de un sistema electoral confiable y limpio.

Ese 88% de actas escrutadas (cifra basada en información periodística al momento de hacerse el anuncio) que supuestamente dio una diferencia de +/- 130.000 votos, a decir del CNE, suponen una tendencia irreversible. Si el resultado fue tan cerrado como dicen, esa frase tiene dos componentes que no pueden ser ambos verdad: o la diferencia no es de 130 mil votos, o faltando 12% de votos por escrutar, el resultado anunciado no puede ser irreversible. La única manera en que ambos componentes coexistan en una misma frase es que se conozcan ya los resultados del 100% de los votos y estos den una irreversible victoria al NO.

Las encuestas de Consultores 21 no dejan lugar a dudas tal y como quedará constancia en la memoria escrita venezolana.

Ese boletín no habla de “los primeros 9 millones de votos (88%) que llegaron al CNE” sino de la mejor mezcla posible escogida con pinzas para complacer a Chávez. Eso era lo que cocinaban en esas largas horas entre las 8 y las 2 de la mañana. Por eso no dejaron entrar a los testigos del Bloque del NO a la sala de totalización.

Apuesto lo que sea a que, una vez se conozcan los resultados definitivos (para lo cual no debemos cejar en demandarlos) la victoria del NO será más contundente, abierta y ajustada al verdadero sentir soberano del pueblo venezolano.

El resultado real debe ser unos 5 ó 6% más para el NO.

Anótenlo.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Abstencionismo ¡NO!

Por: Nicolás Toledo Alemán

Me han comentado angustiosamente acerca de una supuesta ausencia de electores en las mesas electorales. Este hecho , de ser cierto, podría atentar contra las opciones del NO. No obstante, tengo mis razones para dudar de este supuesto ausentismo. He aquí mis razones:

1.- Si, como se dice, no hay gente: ¿por qué están pidiendo que quiten las captahuellas porque estarían constituyendo un cuello de botella?

2.- Si, como se dice, no hay gente: ¿No será porque el procedimiento es más rápido y sencillo que las anteriores elecciones y por ello, la gente fluye más rápido?

3.- Si, como se dice, no hay gente: ¿No será que la gente prefiere ir a votar hacia el final de la tarde para poderse quedar a los escrutínios y cuidar así su voto?

4.- Independientemente de que sea o no verdad que haya poca gente en las colas: ¿A quién le conviene más propalar la especie de que hay poca gente: al gobierno o a la oposición?

5.- Por último, ¿no pudiera ser que quienes no están motivados a votar sean, precisamente, los venezolanos que conforman la base electoral chavista?

Dejemos de hacer correr mitos urbanos. Interpretemos el "carómetro" de lado y lado y vayamos a votar los que aún no lo hemos hecho.

“A Chávez se le subió el petróleo a la cabeza” Por Joaquín Villalobos Revista Semana-

Para Villalobos, la amistad del presidente Hugo Chávez con el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad es de una gran ingenuidad, ya que Irán no es gobierno de izquierda


















POLítica internacional

“A Chávez se le subió el petróleo a la cabeza”

El ex comandante del Fmln (la guerrilla salvadoreña), Joaquín Villalobos, analiza para SEMANA las últimas acciones del Presidente venezolano. Según Villalobos, fracasó 'la radicalización revolucionaria artificial pagada'.

Fecha: 12/01/2007 -1335
Los insultos de Hugo Chávez no parecen ser una política pensada, sino acciones compulsivas para ser noticia. El coronel gobierna su país usando mucho la radio y la televisión para denunciar supuestas conspiraciones y asesinatos en su contra; pero también para cantar, recitar poemas, insultar, contar chistes, regañar e incluso, en una ocasión, hasta hizo cantar el "happy birthday" a Fidel Castro. Sin embargo, todo esto contrasta cuando en su intento de golpe de Estado en febrero de 1992, se rindió después de 12 horas de combate, y luego, cuando en abril de 2002 firmó su renuncia sin presentar resistencia. Fidel Castro, en un artículo publicado recientemente en el Granma. justifica la debilidad del coronel al decir que en abril de 2002 fue él (Castro) quien le pidió que "no se inmolara", es decir, que fue una rendición autorizada. Considerando el valor de los soportes venezolanos hacia Cuba, se entiende la necesidad que tiene Castro de absolver a Chávez de aquel "pecado revolucionario".


Sin duda las mejores habilidades sicológicas para manejar al coronel las había mostrado el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, quien por cierto ha sobrevivido a varios atentados reales. Pero eso terminó cuando debió pedirle que dejara de ser mediador con las Farc. Luego de la Cumbre Iberoamericana también salió dañada la relación con España y el presidente Zapatero, quien era para Chávez el interlocutor más tolerante en Europa. Las relaciones con Lula se complicaron cuando el coronel insultó al Congreso brasileño, y con Chile cuando llamó "pendejo" al socialista José Miguel Insulza, secretario general de la OEA. Incluso en Cuba, estando con Fidel Castro, habló de dos presidentes y dos países, olvidándose de Raúl Castro. Su política exterior es perder amigos y provocar a sus enemigos.

Al coronel lo han sostenido tres pilares: el petróleo, la popularidad y una compleja red de alianzas internas hacia la izquierda y hacia la derecha. De estos tres soportes, lo principal han sido las alianzas. Mientras la oposición intentó derrocarlo por la fuerza, la posición de víctima le produjo votos, popularidad y poder real; así ganó elecciones, controló la justicia, las Fuerzas Armadas, el Consejo Electoral y el petróleo. Sin embargo, al concentrar poder, asumió la posición de victimario, se propuso radicalizar artificialmente su 'revolución' y comenzó a actuar en contra de la mayoría de la opinión pública, incluso de sus seguidores, así cerró un canal de televisión y abrió conflictos en sus propias filas al imponer la unidad de toda la izquierda en el Partido Socialista Unificado de Venezuela (Psuv). Esto fue rechazado por tres partidos de su alianza.

Para Villabos, Chávez se está debilitando por pelear en demasiados frentes.La reñida campaña por el referendo es una prueba de ello
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Comenzó a cuestionar la propiedad privada y los lujos, cuando en realidad muchos de sus seguidores entienden la Revolución Bolivariana como la mejor oportunidad para comprar propiedades y tener lujos. Venezuela es un país consumista donde la austeridad es subversiva hasta en la izquierda. Es el tercer importador de whisky del mundo y hay que esperar dos meses para poder comprar un auto de lujo. Por otro lado, el coronel ha mantenido dividido al sector privado al dar oportunidades de negocios a unos empresarios mientras se las cerraba a otros, pero con sus ataques a la propiedad se está convirtiendo en enemigo de todos.

Chávez quiere imponer la reelección indefinida y aplastar a toda la clase política venezolana, incluida la que está emergiendo entre sus propios seguidores. Venezuela ha vivido en democracia por muchos años, no importa si ésta ha sido imperfecta, su historia y cultura política no permiten la institucionalización del caudillismo y del autoritarismo como ocurrió en Cuba, que no conocía la democracia. Chávez pretende armar un ejército partidario formando milicias populares para convertirlas en un poder militar paralelo que amenazaría directamente a las Fuerzas Armadas de Venezuela, que han sido uno de sus principales soportes. Se puede deducir de las declaraciones del ex ministro de Defensa general Baduel, que el soporte de las Fuerzas Armadas tiene como frontera las políticas sociales.

El intento de mediación de Chávez no sirvió para liberar a los rehenes colombianos en poder de las Farc, pero evidenció que el Presidente de Venezuela considera que un cartel de narcotraficantes constituye un movimiento insurgente legítimo. Esta ingenuidad ha provocado que en Venezuela crezca el poder del crimen organizado. Las intercepciones de cargamentos de droga que salen de su territorio son cotidianas y ocurren con el apoyo de policías y militares. Chávez le abrió las puertas a un fenómeno que corroe la autoridad de su propio gobierno, porque donde el narcotráfico se instala, crea base social, coopta los poderes locales, domina territorios y multiplica todo tipo de delitos.

La política exterior del gobierno de Chávez de aliarse con Irán es una ingenuidad todavía mayor. Irán no es gobierno de izquierda, sino todo lo contrario, y su conflictividad con Occidente es totalmente distinta de las diferencias que existen y han existido entre las izquierdas y Estados Unidos. Si estalla una guerra de los norteamericanos contra Irán, más allá de que ésta fuera injusta o errada, la política exterior de Chávez arriesga que el territorio venezolano sea utilizado por terroristas, incluso contra su voluntad. El coronel, por ignorancia y fanfarronería, está poniendo en peligro la seguridad estratégica de Venezuela. Todo esto ocurre en un país en el que la ineficiencia del gobierno ha generado escasez de comida a pesar de haber abundancia de dinero. Un país que a pesar de ser gobernado por la fuerza, no tiene fuerza para proteger a los ciudadanos más pobres frente a la delincuencia. Un país donde los estudiantes luchan en contra de una 'revolución', cuando lo normal es que los estudiantes luchen por la revolución.

El resultado del referéndum es incierto a la hora de escribir este artículo, pero para efectos prácticos, se puede decir que Chávez se ha metido en un juego en el que si gana, pierde, y si pierde, también pierde. Una victoria y la implementación de las reformas lo obligarían a romper las alianzas que lo sustentan, y una derrota significaría el fin definitivo de su popularidad. Lo que sigue después del referéndum será sólo cuesta abajo, Chávez se está debilitando por pelear en demasiados frentes. El miedo a la revancha comenzará a convertirse en el instrumento para mantener unidas sus filas, y los llamados a la reconciliación de la oposición, en su peor amenaza. El coronel está despilfarrando el dinero, acabando con su popularidad y destruyendo las alianzas que lo han sostenido. Es difícil saber cuánto más le durará a Chávez su fuerza, quizá meses, quizá años, pero sin duda estamos frente al fracaso de su radicalización revolucionaria artificial pagada, todo porque al coronel se le subió el petróleo a la cabeza.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Nuestro pronóstico sobre el referendum

Por: Nicolás Toledo Alemán

No: 55,7%

Si: 44,4%


No es de Izquierdas, es fascista. Por Ibsen Martínez

Publicado hoy en el Diario El País de España





El referéndum para reformar la Constitución venezolana pretende culminar la llamada "revolución bolivariana". Pero los jóvenes se han convertido en la inesperada némesis de un régimen militarizante.

Por Ibsen Martínez

Con una población de unos 26 millones de habitantes, Venezuela tiene 1,4 millones de estudiantes universitarios. Los sondeos más confiables arrojan que el 75% de ellos están en contra de la reforma constitucional urdida a solas por Hugo Chávez, aprobada en volandas y a puerta cerrada por su Asamblea Nacional y cuya sanción definitiva se votará en el referéndum de mañana domingo.


Cita:
Chávez pasó de llamar a los estudiantes "niños de papá" a calificarlos de "agentes de la CIA"


No son pocos los chamos (el modismo venezolano para "muchachos") que se oponen a algo que la sorna criolla ha bautizado polisémicamente como "la deforma".

El movimiento estudiantil que, desde mayo pasado, desafía en las calles con tácticas de pacífica resistencia civil las más aparatosas medidas tomadas por Chávez para acallar arbitrariamente los medios independientes privados, ha resultado un agente colectivo novedoso tanto para la durante años errática dirección política opositora como para el propio Chávez.

Me apresuro a decir que este artículo no pretende reseñar lo que los enviados especiales de la prensa mundial ya han divulgado suficientemente, en muchos casos con no poca simpatía hacia estos chamos. Pero no me perdonaría seguir adelante sin compartir con los lectores de EL PAÍS el intercambio ocurrido entre una reportera de la televisión oficial que hace pocos meses, sorprendida en el fondo como el que más por la repentina aparición de millares y millares de chicos y chicas de todos los sectores sociales en las manifestaciones de protesta, entrevistaba a uno de sus dirigentes:

-¿Pero de dónde han salido ustedes? ¿Dónde han estado todos estos años?

-Estábamos creciendo, mamita -fue la fulminante y jocunda respuesta del chico quien, efectivamente, y como los millares que se han incorporado al llamado "Bloque por el No", contaría sólo nueve u 11 años de edad cuando el comandante ganó las elecciones de 1998. Chávez tiene ciertamente en los estudiantes universitarios a un inopinado adversario dispuesto a darle pelea a sus designios autocráticos y totalitarios más allá del 2D.

En varias ciudades de Venezuela, ya sea que estudien en planteles de educación privados o públicos (donde el chavismo, pese a todo su poderío institucional y económico, no ha podido en casi una década ganar una sola elección en los consejos estudiantiles), los muchachos se han convertido en la inesperada némesis de un régimen crecientemente militarizante.

La respuesta del presidente de Venezuela ha sido tan intemperante y desatinada como cabía esperar. En poco tiempo ha pasado de despacharlos como "niños de papá" a llamarlos "agentes de la CIA"; bien pintándolos como bobalicones "peones del imperio"; bien como peligrosos terroristas conchabados con un protervo plan golpista de la "oligarquía".

Lo que estas notas buscan, más bien, es oponer algunos argumentos que contradicen campanudas aseveraciones hechas, una y otra vez, por los valedores extranjeros que Chávez y su "revolución bolivariana" se han granjeado entre algunos sectores de la izquierda política, académica y mediática del llamado Primer Mundo.


Cita:
Los petro-Estados son incapaces de sacar provecho de los 'booms' de los precios


Es sabido, también, que Chávez, en su obsesión mediática, ha reducido la cancillería venezolana a ser sólo una versión criolla de la célebre Secretaría de Información y Turismo franquista.

Ello explica por qué, y es sólo un ejemplo, el embajador venezolano ante el Reino de España, don Alfredo Toro Hardy, publicase el jueves pasado en El Universal de Caracas un artículo reproducido en medios globales de Internet. Pretendiendo tapar con un dedo nuestra interminable discordia nacional, Toro Hardy termina diciendo: "En síntesis, los venezolanos son los ciudadanos más satisfechos de Latinoamérica en términos del funcionamiento y la equidad de su democracia y de la situación de su economía".

Llegado aquí, me serviré de las declaraciones que el joven líder estudiantil venezolano Jon Goicoechea, en modo alguno un niño de papá sino el nieto de laboriosos inmigrantes vizcaínos que acumula cum laude como estudiante de Derecho en la Universidad Católica Andrés Bello, brindó esta semana al corresponsal de La Vanguardia de Barcelona: "Chávez no es de izquierda: es fascista".

¿Con qué razones desaira de este modo este crío el docto parecer de gente tan engagé como Tariq Ali, Ignacio Ramonet, Gaspar Llamazares y, hablando en general, de todo lo que la guasonería criolla llama "eurochavismo"? ¿Será posible que, en Venezuela, pese a la prédica a favor de los pobres, la amistad con Cuba y la vociferación antiimperialista contra Bush, los adelantados del emperador Carlos V y el rey Juan Carlos de Borbón, haya comenzado a condensarse una oposición "de izquierda" al comandante Hugo Chávez?

La pregunta es oportuna, creo, porque con frecuencia escuchamos a voceros del eurochavismo exclamar "¿Cuántas elecciones tiene que ganar Chávez para que se le tenga por demócrata?".

Hacer algo de historia reciente quizá vendría bien. En 1996, casi al mismo tiempo que Hugo Chávez terminaba su travesía del desierto predicando -justo es recordarlo- el abstencionismo electoral, Fareed Zakaria terminaba de escribir un ensayo llamado a ser muy influyente en breve tiempo. Uno de los párrafos iniciales de este ensayo, titulado The rise of Illiberal democracies (El ascenso de las democracias no liberales), decía lo siguiente:
"Regímenes democráticamente electos, a menudo, regímenes que han sido reelectos o reafirmados en virtud de referenda, están ignorando rutinariamente los límites constitucionales al poder y despojan a sus ciudadanos de derechos y libertades básicos. Ya se trate del Perú o de la Autoridad Palestina, de Sierra Leona o Eslovaquia, de Paquistán o las Filipinas, asistimos al ascenso de un perturbador fenómeno internacional: la democracia no-liberal". Nótese que Chávez no aparecía todavía en escena.

Llegado el momento, Zakaria hizo de su ensayo la nuez de un libro, El futuro de la libertad (Taurus, Madrid, 2003). "En realidad" -sigo invocando a Zakaria- "este paquete de condiciones [imperio de la ley, separación de poderes y libertades básicas], que podrían llamarse 'liberalismo constitucional' es teóricamente diferente e históricamente distinto de la democracia a secas".

Zakaria señala algo valioso al advertirnos que en el mundo que nos ha tocado vivir, a fines del siglo XX y albores del XXI, la democracia puede estar floreciendo, mas no el liberalismo constitucional.

En el caso de Venezuela se añade el fenómeno de ser nuestro país un petro-Estado heredero de la tradición regalista española: el petróleo de nuestro subsuelo nunca ha sido ni de los ricos ni de los pobres, sino tan sólo del Estado; esto es: "del Gobierno". Los petro-Estados se caracterizan por su incapacidad para sacar provecho de los booms de precios, y por su munificencia sin controles: Chávez halló 13 ministerios y hasta la fecha ha creado 30 más sin que la pobreza ni la corrupción hayan disminuido un ápice.

En cuanto a lo ideológico, el bolivarianismo -"la única filosofía política que los venezolanos hemos sido capaces de discurrir en casi dos siglos de vida independiente", como afirmó el desaparecido historiador venezolano Luis Castro Leiva- es un historicismo de la peor especie que entraña una moral inhumana e impracticable y, por ello mismo, tremendamente corruptora de la vida republicana. Una perversa "escatología ambigua" que sólo ha servido para alentar el uso político del pasado.

¿Puede extrañar que entre los integrantes del bloque por el NO, se cuenten ahora sindicalistas de raigambre trotskista que llevan años resistiendo los designios de Chávez de crear un sindicalismo dirigido desde Palacio? ¿O que Podemos, una importante fuerza de su coalición de izquierdas y que en las presidenciales de 2006 obtuvo 800.000 votos, más varias gobernaciones, se oponga hoy vehementemente a la reforma?

Si hiciese falta otro indicio de que una izquierda democrática insurge contra el autoritarismo militarista y de partido único de Chávez, ahí están los chamos como Goicoechea que siempre, siempre, están a la izquierda

Ibsen Martínez

lunes, 19 de noviembre de 2007

¿Qué dicen las encuestas? ¿Votar o abstenerse?




Por: Nicolás Toledo Alemán


Un amigo venezolano, radicado en Perú, me pregunta:

Es lo de las encuestadoras una maniobra manejada desde el gobierno para que la gente vaya a votar??? ¿Qué dice la tuya, incluso con abstención??
¿Qué opinas de todo este asunto?
Abrazos y felicidades por tu excelente blog..

Ariel

Le respondo: todas las encuestas están dando aproximadamente lo mismo. Difieren entre si por el marco muestral que están usando o por la metodología empleada. Así, Hinterlaces utiliza encuestas telefónicas. En esas encuestas el NO sale abultado porque la penetración telefónica no es proporcional en todas las clases sociales. La de Mercanálisis es en cinco ciudades, el NO sale abultado porque no está representado ni todo el país urbanizado, ni mucho menos el rural. La de Seijas son sólo 600 casos, el margen de error debe estar por el +/- 4%. La de Datanálisis, la de Keller y la de C21 son urbanas, en ciudades de más de 20.000. Tienen 1200 casos las dos primeras (+/- 2,89 de error) y 1500 casos la de C21 (+/- 2,58% de error). En mi opinión estás últimas son las que más cerca están de la verdad, aunque se refieren al 80% de población más urbanizada y dejan por fuera al 20% más rural y proporcionalmente más chavista del país.

Qué están diciendo todas (independientemente del dígito que publiquen): 1.- que la gente no quiere la reforma. 2) que no la conocen, 3) que preferirían votarla por separado, 4) que votarían mayoritariamente NO (aquí difieren y dicen cifras entre 52% y 67%), 5) que la abstención debe estar entre 40% y 50%.

También a todas les da, pero no todos los medios lo dicen, que ENTRE VOTANTES, las proporciones cambian y el SI ganaría debido a la abstención del NO.

a otra discusión es si debemos votar NO o abstenernos. En mi opinión es una clásica disyuntiva entre la ética y la política. Éticamente, los abstencionistas tienen razón: votar es convalidar ilegalidades, inmoralidades, trampas y abusos. Pero políticamente no la tienen: la reforma gana así y un solo venezolano votara por ella. No es lo mismo que nos maten a que nos suicidemos. Si nos van a robar la elección, hay que ponérselas difícil. Es más difícil borrar a cuatro o cinco millones de electores que convencer a la opinión pública de que los que se abstuvieron en realidad están avalando la reforma y prefirieron irse a la playa o a comprar la navidad. Me da la impresión de que no entienden que la política es un conjunto de procesos dinámicos. Para ellos es una confrontación definitiva: se gana o no se gana, punto. No hay día después. Se toma la Bastilla y se decapita al príncipe, el Palacio de Invierno y se fusila al Zar. Si se falla, hemos perdido, fracasado y será mejor el exilio, el retiro o el suicidio más o menos deshonroso.

Pero resulta que el proceso político, con todas sus riquezas nos dice que un gobierno puede robar una elección, pero eso trae consecuencias impredecibles: funcionarios a los que le empiezan a flaquear las convicciones; cabos sueltos que salen a la luz pública; cambios en las correlaciones de fuerza (caso Podemos, PCV, etc.), se barajan las lealtades, se producen trastornos internos, la comunidad internacional presiona, los militares se ven obligados a definirse de bando, la propia gente ve escamoteado su voto y este tiene un valor simbólico muy grande, se reacomodan las alianzas, etc. etc.

Ahora, faltando apenas dos semanas, no hay tiempo para nada. Estaremos jodidos una vez más. Unos iremos a votar, para que nos llamen ingenuos o colaboracionistas, otros se quedarán en su casa y se consolarán con que no sucumbieron. Los otros, siendo apenas un 30% de la población volverán con su ¡Uh, Ah, Chávez no se va! creyéndose dueños de este país.

Ni siquiera parece que haya dirigencia alguna que salga el 2 de diciembre en la noche a decir, al menos, que una Constitución a la que sólo le vota un tercio de la población no puede ser legitima. Lo que si habrá es gente de oposición que le entrará a cuchilladas a la otra gente de oposición. ¡Así, así, así es que se gobierna!

domingo, 18 de noviembre de 2007

La Careta de Chávez. Editorial El País de España













Hoy en El País de España le dedican el Editorial a Chávez:

El País
Enlace: http://www.elpais.com/articulo/opinion/careta/Chavez/elpepuopi/20071118elpepiopi_3/Tes
18 de noviembre de 2007

EDITORIAL

La Careta de Chávez

Chávez se ha quitado la careta. De aprobarse por referéndum el 2 de diciembre la nueva Constitución, confeccionada a su medida, le otorgará plenos poderes. El líder venezolano está traspasando el límite de lo tolerable, pues la democracia no es sólo votos, sino también reglas de juego que permitan el juego Gobierno-oposición y, sobre todo, el respeto de las minorías. Y esto, él no lo quiere. Si no, no estaría machacando a los partidarios del no.

El referéndum se va a celebrar sin las más mínimas garantías. El Consejo Nacional Electoral está controlado por el chavismo y el censo está corrompido. Hay protestas de los estudiantes y otros sectores. Incluso hay rumores de descontento en el Ejército. En un gesto poco habitual, las academias venezolanas (incluida la de la Lengua) han manifestado su preocupación porque esta reforma constitucional se realice sin una elección previa y limpia de una asamblea constituyente.

Su enfrentamiento con el Rey puede darle alas para explotar durante mucho tiempo la crítica a España, pues no hay que olvidar la fecha de 2010 en que empiezan las conmemoraciones bicentenarias de las independencias de los países latinoamericanos. Además de poner en sordina los problemas internos, su populismo bolivariano sacará entonces un enorme partido de todo este rifirrafe.

Hacia el exterior, la tensión con España tiende a aislarle del resto de América Latina donde, salvo un puñado de dirigentes, se le teme más que ama. Quiere convertirse en la referencia de la izquierda latinoamericana revolucionaria y no le faltan seguidores que aplaudan su apuesta. Pero la cuestión es saber si el caudillo venezolano, pese a contar con los beneficios del petróleo, no ha alcanzado ya lo que Clausewitz llamaba ese "punto culminante de la victoria" que hace muy costoso el mantenimiento de las conquistas.

lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Por qué no lo callamos?



Por: Nicolás Toledo Alemán

El hartazgo del rey Juan Carlos y la ovación con la que los mandatarios asistentes aclamaron su apoyo a las exigencias de respeto del impecable reclamo de Zapatero, unido al hecho de que los únicos apoyos que recibió el mandatario venezolano provienen de Carlos Lage, vicepresidente cubano y de Daniel Ortega (mesnada que paga el derecho de pernada que les impone el petróleo) son síntomas del rechazo que genera Chávez a nivel de las principales democracias del continente americano.

Una cumbre de jefes de estado y de gobierno es el último escalón de una larga escalera de trabajo diplomático. Allí se va a protocolizar las políticas previamente discutidas, acordadas y redactadas en trabajos de comisiones realizados por las distintas cancillerías. Cuando algún país no está de acuerdo con algo, instruye a su canciller y este a sus negociadores para intentar torcer la redacción de un acuerdo, el alcance de una política, los términos o condiciones de un contrato, etc. De tal modo que, cuando ya se dan cita los mandatarios, todo o la mayor parte o lo más importante de los acuerdos están a punto. Llegan los presidentes, los primeros ministros, los jefes de estado o de gobierno y, luego de las fotos protocolares, los intercambios bilaterales y multilaterales, y alguno que otro discurso, estampan su firma. Una cosa de la que poco se ha hablado es que la diplomacia venezolana acude a las cumbres iberoamericanas, así como a las de las Naciones Unidas, las de la Comunidad Andina o a las del MERCOSUR, sin participar en ese trabajo de comisiones o, en caso de haber participado, sin haber logrado imponer sus puntos de vista, razón que explica porqué Chávez llega a dichas cumbres a poner en entredicho los acuerdos previamente alcanzados por todos los demás. Esta cumbre iberoamericana era para llegar a acuerdos sobre cohesión social, algo de sumo interés para nuestros pueblos, pero a Chávez le parece que la palabra cohesión es inapropiada, él prefiere el de justicia social (léase conflicto o lucha de clase cuando no revanchismo social).

Imaginemos el hartazgo que debe producir esa actitud en quienes ya gastaron su cuota de paciencia negociando, cediendo, aportando, discutiendo durante meses. Imaginemos el desconcierto de la anfitriona, la presidenta Bachelet, que habiendo discutido el menú, pretendan cambiárselo a última hora.

Pero hay otra fuente de desconcierto, molestia y hasta bochorno: Chávez lleva cinco años, cinco largos años hablando de lo mismo en esos foros internacionales: los fascistas, golpistas, imperialistas (y agregaría mi hijo: autopistas, manicuristas, recepcionistas) intentaron tumbarme en abril del 2002. Usted, él, aquella, no hicieron nada o si hicieron algo, que yo recuerdo y traigo acá. Y este, aquel o el de más allá, dijeron o no dijeron o interpreto yo y ahora me queda claro… Y mister Bush y los yanquis y el imperio y la campaña mediática tal cosa o tal otra.

Lo cierto del caso es que Chávez ha logrado algo impensable hasta hace unos días: poner a Zapatero a defender a Aznar, a Aznar a agradecerle a Zapatero y al Rey su defensa. Con su improcedente actuación atacó por igual a los socialistas, a los populares y a los monárquicos españoles algo que no logró ni Al Qaeda .

Queda ahora, para nosotros los venezolanos, principales y continuadas víctimas del presidente sinsorgo, mandarlo a callar una vez más negándole esa majadería llamada reforma constitucional con el más efectivo estertor: votando NO. Espero que se nos permita, dado lo que estamos sufriendo con su presencia autoritaria y kitch, agregarle a la frase del Rey el muy castizo vocablo:¡Coño!

jueves, 8 de noviembre de 2007

El dilema venezolano con la reforma constitucional


Por: Nicolás Toledo Alemán


Las cosas acá se están saliendo de madre. Tenemos un país dividido en dos partes más o menos iguales (en número de personas que están a favor y en contra de Chávez). No obstante, el rechazo a la reforma es de cerca de un 60 a 65%. La intención de voto es de un 50%. Pero ese abstencionismo afecta considerablemente más al NO que al Si, lo que hace que, desde el punto de vista electoral, la reforma constitucional de Chávez contando con un peso real del 30 a 35% de apoyo se impondrá con aproximadamente 55 a 60% de los votos.

Esos son los datos de opinión pública pero, desde el punto de vista político, las cosas son más complicadas.

Las fuerzas que se oponen a esta reforma están divididas en dos: 1) los no concurrentistas cuyas fuerzas están compuestas por quienes consideran: a) que votar legitima a un gobierno ilegítimo, b) que la reforma constituye un fraude constitucional que no se debe convalidar, c) que no hay garantías para un sufragio libre donde se respete la voluntad popular, d) que aún habiendo participación electoral y elecciones limpias (haciendo caso omiso de consideraciones jurídicas, normativas y principistas) Chávez no admitiría la derrota. Y 2) los concurrentistas quienes consideran que Chávez se está confrontando electoralmente, por primera vez, en desventaja numérica, que puede perder las elecciones y que habría que aprovechar la oportunidad.

Esta división entre las fuerzas opositoras es, evidentemente, nuestra mayor debilidad pues no hay ni tiempo ni voluntad política de acordar una línea de acción común antes del 2 de diciembre. En mi opinión, esto lo han entendido muy inteligentemente los estudiantes, de allí que estén pidiendo una posposición del referéndum para febrero. Esta solicitud la están haciendo los estudiantes, por una parte, bajo el argumento de que un régimen que se dice democrático participativo que empodera al pueblo tiene que darle al pueblo posibilidades de informarse adecuadamente (sólo hemos tenido un mes para conocer la propuesta). Discurso impecable que busca legitimarse como más democráticos y más creyentes en el poder popular que el gobierno que clama por más poder para el pueblo. Por otra parte, haciendo una doble apuesta no tan explícita: que mientras más se conozca este bodrio de reforma menos apoyos tendrá y que en febrero el gobierno no tendrá las condiciones macroeconómicas (déficit fiscal, reconversión monetaria, inflación) consigo.

Los estudiantes son, hoy por hoy, la única fuerza social y política activa. Los partidos están paralizados. Estos estudiantes gozan de una legitimidad popular impresionante (es el referente mejor evaluado en las encuestas más que la Iglesia y los Medios de Comunicación) tienen un discurso fresco, basado en valores universales, principios éticos, por la no violencia, no tienen rabo de paja ni vinculación partidista o con el pasado. Están a nivel nacional, particularmente en Caracas, Aragua, Carabobo, Lara Zulia, Mérida y Táchira y son tanto de universidades autónomas como experimentales (públicas) como privadas. El que los estudiantes estén en la calle contra este gobierno tiene un impacto simbólico muy grande: ¡un gobierno revolucionario que no cuenta con los estudiantes! Eso es algo insólito para la opinión pública mundial y de izquierda en particular (PSOE, verdes, socialistas en Brasil, Uruguay y Chile etc.).

Luego está el factor militar. Una gran incógnita. ¿Baduel es síntoma de qué al interno de las FFAA?. No creo que haya posibilidad material, operacional, de unidad de mando para un golpe, aunque si para presionar a Chávez soterradamente. Si es un sentimiento grande, importante, pudiera llevar a Chávez por cálculo político y táctico a posponer sus intentos por imponer sus políticas, pero hasta allí.

Por último está el Gobierno y sus partidarios. No se les ve muy activos en esta “campaña electoral”. El discurso de Chávez en la avenida Bolívar el domingo 4, y los actos de esta semana son clave: represión contra los estudiantes, utilización de bandas paramilitares para el amedrantamiento, loas a los encapuchados, exaltación de la lucha de clases, acusar de violentos a los estudiantes, amenazas a las universidades, utilización ostentosa de las fuerzas represivas, utilización del CNE de manera tendenciosa contra el NO, amenazas a los medios de comunicación, utilización del chavismo de base (lo que ellos llaman la inteligencia social) para amedrentar a Globovisión y a los dirigentes estudiantiles, discursos anti autonómicos; utilización burda del cinismo y la mentira con la intención evidente de provocar, etc. etc.

Luego está un factor contextual muy importante aunque todavía difuso: las conversaciones de Chávez con las FARC y la inclusión en la reforma constitucional de la posibilidad de establecer una confederación de naciones con Cuba, Bolivia, etc. Chávez podría estar tramando con lo de las FARC un juego en dos tableros al mismo tiempo: por una parte utilizar la liberación de rehenes con fines de capitalización política y de imagen y, por otra parte, una alianza aún más explícita y orgánica con ellos para favorecer una victoria electoral del Polo en Colombia. Esta posibilidad, aunada al eje La habana, Caracas, La Paz (y con una participación todavía menor de Quito y Managua) hacen de nuestro futuro latinoamericano una pequeña (¿) bomba de tiempo.

Conclusión:

Me debato entre sacar como conclusión que Chávez ya no va a quitar el pie del acelerador llevándonos por delante o que podemos seguir poniéndole obstáculos hasta que los pasajeros de este autobús empiecen a criticar al conductor.

martes, 7 de agosto de 2007

La enfermedad moral de la izquierda



Por: Nicolás Toledo Alemán


La izquierda venezolana y en particular la universitaria sufre de ofuscación ética para usar el aserto de Rosa Montero.

Ha sido siempre muy capaz de denunciar a los regímenes totalitarios de América Latina (Pinochet, Strossner, Videla y tantos otros), ponerse al lado de las causas más nobles de la humanidad, sensibilizarse ante la opresión, la explotación, la deshumanización, apoyar las causas ecologistas, feministas, antirracistas y luchar denodadamente por la libertad de expresión y la inclusión así como contra la intolerancia. No obstante, cuando se trata de criticar la perversión del sistema cubano, o la absoluta falta de libertad de los regímenes totalitarios de izquierda, o cuando se trata de enfrentarse a las tentaciones totalitarias de este gobierno de Chávez que, en nombre del socialismo del siglo XXI y bajo la excusa de la revolución, de los pobres, de la justicia social y del anti imperialismo han dado muestras de cuan poco les importa lo que siempre se ha defendido, han hecho caso omiso, mutis por el foro o, peor aún, se han puesto a intentar legitimar dando evidentes muestras de lo que no es más que una enfermedad moral.

Poco les importa contradecirse. De nada les vale constatar el manto de mentiras con que se cubren. Y es que nuestros izquierdistas siguen añorando, disculpando y mitificando los infiernos de las dictaduras populares. Son capaces de perder de repente todo criterio y justificar los mismos abusos que siempre criticaron si estos suceden en Cuba, Corea del Norte, Irán, Zimbawe, Bielorusia o en Venezuela. ¿Qué cosa de tanto valor estaría en juego para cegarse así? ¿Qué vale tanto como para que valga la pena denigrar de lo que en apariencia siempre se fue? ¿Acaso la vanidad de dividir el mundo entre buenos y malos y de arrogarse a perpetuidad un puesto entre los primeros?

En un intento riguroso por hacer un registro fiable de todas las víctimas de la dictadura cubana, independientemente de su ideología, desde el principio mismo de la revolución en 1959 hasta hoy en día, basándose en todo tipo de datos, desde recopilaciones bibliográficas y periodísticas a informes de la OEA u otros papeles oficiales, trabajos de Amnistía Internacional o Human Rights Watch, y testimonios de familiares de las víctimas y de testigos directos, como milicianos, funcionarios o médicos que terminaron saliendo de Cuba, la gente de la fundación independiente “Archivo Cuba” con sede en New York han llegado por ahora a contabilizar 8.190 víctimas, que no son ni mucho menos las cifras totales, sino tan solo aquellas documentadas fehacientemente. De ellas, 5.775 personas fueron ejecutadas, 1.231 asesinadas extrajudicialmente, 200 desaparecidas y 984 muertas en prisión por diversas causas. Entre los muertos hay mujeres embarazadas y 54 casos documentados de niños.

Archivo Cuba está intentando ser la base para una futura Comisión de la Verdad, al estilo de las que se han formado en Chile, Guatemala o Argentina, para sacar a la luz las atrocidades cometidas y poder cerrar esa herida y seguir adelante.

"¿Cómo es posible que el mundo ignore todo esto?", se quejaba con sosegado asombro María Werlau su directora. “En Chile, bajo la dictadura de Pinochet, hubo 3.197 muertos y desaparecidos, y por fortuna el mundo entero supo de esas víctimas desde el principio. En Cuba se duplicó esa cifra solo en los primeros años del castrismo, pero los muertos cubanos vuelven a ser asesinados cada día por el silencio y el abandono internacional.”

Para la izquierda mundial, hasta las actividades terroristas, siempre que lleven el apellido “revolucionarias” o “populares” se justifican pues van en contra del capitalismo, del neoliberalismo, de alguna opresión secular o del imperialismo, poco importa. Son de izquierda y basta, ¿se justifica el fin? ¡qué me importan los medios!

Por su parte, la izquierda latinoamericana, particularmente la chavista, se desgañita contra Posada Carriles, un asesino injustificable, pero desconoce todas las evidencias existentes para calificar a las FARC de terroristas. Se hacen la vista gorda ante el hecho de que sus miembros violan flagrantemente sobre el terreno las normas del derecho internacional humanitario.

Las FARC por traer a la memoria tan solo una de sus barbaridades atacaron el barrio de La Chinita en Apartadó, Antioquia. El 22 de enero de 1994, los guerrilleros de las FARC rodearon una escuela donde se estaba celebrando una fiesta de recaudación de fondos, mataron a 25 personas e hirieron a 12. Entre los muertos había tres niños. Algunas víctimas fueron atadas y ejecutadas con disparos, entre ellas un militante de las FARC que aparentemente se negó a disparar contra civiles. Desde entonces, 25 personas han sido condenadas por su participación en la masacre.

Tanto los asesinatos como los secuestros se utilizan contra la población civil para sembrar el terror, una violación del artículo 13 (2) del Protocolo II, que prohíbe “los actos o amenazas de violencia cuya finalidad principal sea aterrorizar a la población civil.”. Las FARC han defendido frecuente y abiertamente tácticas que violan el derecho internacional humanitario. Por ejemplo, en una entrevista publicada en la revista de las FARC Resistencia Internacional, el comandante Marulanda recomienda ataques a fábricas y camiones civiles, y alega que dichos ataques destruyen la fuente de riqueza [del gobierno], así que no podrá mantener la guerra durante mucho tiempo.

Estos ejemplos, lamentablemente no son excepción. El Frente Domingo Laín ejecuta a las polacheras o tomberas, muchachas que flirtean o salen con soldados y agentes de Policía locales. En mayo de 1995, la UC-ELN capturó a tres niñas y una mujer, acusadas al parecer de “ser cercanas a miembros del Ejército y la Policía.” Las muchachas (dos hermanas de 14 y 15 años y una amiga de 14 años) y la mujer fueron torturadas antes de ser ejecutadas con tiros de gracia. Posteriormente, el Frente Domingo Laín y la Compañía Simacota se atribuyeron la masacre y anunciaron que iban a seguir matando a muchachas y mujeres “cada vez que se ponga en peligro el proceso histórico revolucionario.”

En 2002, algunos venezolanos, haciendo uso de un derecho constitucional (a la protesta) llevaron a cabo una serie de cierres de vías (la llamada guarimba). Chávez y sus conmilitones inmediatamente recurrieron a tildar de terroristas a quienes cerraban las vías, los acusaron de propiciar muertes de personas inocentes que requerían trasladarse a por un médico, los acusaron de insensibles y antipopulares, de violentos y desquiciados. No obstante, el líder cocalero boliviano Evo Morales, realiza exactamente las mismas acciones de protesta, confiesa su intensión de desestabilizar al gobierno, aísla nacional e internacionalmente a la capital de la república e impide que el Congreso sesione a punta de barricadas y lanzamientos de cartuchos de dinamita y el susodicho es recibido, con bombos y platillos en cuanto condumio se le ocurra a Chávez y a Fidel.

En el pasado reciente, en Venezuela, los informes de Provea eran utilizados por actuales dirigentes del llamado proceso para sustentar sus denuncias contra la llamada IV República. Hoy en día, esos mismos informes son denostados como antirrevolucionarios, fascistas y a sus autores se les acusa de ser marionetas del imperialismo yanqui.

En el pasado, ilustres profesores universitarios de izquierda se batían acompañando las luchas de periodistas por la libertad de expresión, hoy no las toleran. Blandían denuncias contra las tribus judiciales, hoy se benefician de ellas. Casi se inmolaban contra las arbitrariedades de una justicia tarifada y una policía corrupta, hoy las fomentan y son ellos quienes bajan la línea de lo que se debe hacer con las sentencias y hasta se ufanan en el parlamento del uso que le dan a la justicia en sus planes de venganza política.

Hasta no hace mucho se refugiaban en los sindicatos hoy les impiden su existencia. Luchaban a brazo partido por las reivindicaciones laborales, hoy les niegan el derecho a sus ahorros, a sus prestaciones y jubilaciones a miles de familias de los botados de PDVSA.

Antes acudían a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para denunciar al Estado venezolano por ejemplo, por las masacres de El Amparo, o El Caracazo, y hoy les parece que esa corte no tiene autoridad moral para juzgar sus fechorías.

Hasta ayer se batían por una mejor televisión, cultural, plural, de calidad, hoy la conciben como secretaría de propaganda de su proceso. Mientras fueron víctimas de la discriminación, la combatían; hoy hacen uso de ella y la exaltan como arma contra los que nos oponemos a sus desafueros.

De defensores descarnados de la autonomía universitaria han pasado a promover la intervención. Cuando fueron minorías exigían se les respetase, hoy desde el poder le niega el pan y el agua a sus opositores y se les somete al escarnio, la persecución, el destierro o la cárcel.

Ayer gozaron de la política de pacificación, de los indultos y pudieron medrar en el parlamento e institutos autónomos. Hoy tienen asamblea, ejército y empresas estatales rojas rojitas. Ayer escupían las botas militares que hoy lustran. Ayer veían fascismo en quienes hoy ven fascismo por doquier.

Y todo esto en nombre de un hombre nuevo. ¡Qué descaro!

Hoy estos izquierdistas venezolanos, universitarios, pretenden vendernos una revolución de pacotilla y no se dan cuenta que tienen la credibilidad de un vendedor de carros usados.

Dijo Confucio que: 'Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad', por ello nos toca en la Escuela de Sociología cooperar para que las cosas se llamen por su nombre: inmorales.