miércoles, 18 de febrero de 2004

La conspiración norteamericana

Nicolás Toledo Alemán



Washington está conspirando contra el gobierno de Chávez. Así lo lanza a los cuatro vientos nuestro Presidente y aquí lo reitero yo. En efecto, los Estados Unidos de América está conspirando contra esta revolución, se está confabulando contra esta democracia, está complotando contra la manera como se entienden en Venezuela la división de los poderes, el respeto a los derechos humanos, está conspirando contra la libertad y se confabula en contra de este gobierno.

Yo tengo identificados a los conspiradores. Como un aporte al “proceso” daré nombres y consignaré pruebas: En el Estado de Pennsylvania, en un lugar conocido como Gettysburg un político norteamericano llamado Abraham Lincoln ha dicho “que todos los hombres son creados iguales” lo que constituye una evidente injerencia en asuntos internos pues, como todos sabemos, en Venezuela quien no esté con el proceso no puede ser tratado igual que el revolucionario patria o muerte. Pero también este señor Lincoln ha tenido el descaro de decir que la democracia es “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” con lo cual se demuestra, de manera evidente, cómo atenta contra la democracia participativa y protagónica guiada por nuestro comandante en jefe quien interpreta nuestro sentir y habla por el pueblo.



En Washington D.C. sabemos que otro gringo, un tal Martin Luther King, dio un mitin en el que de la manera más artera contra los intereses soberanos de nuestra patria ha dicho que “todos los hombres -sí, todos: negros o blancos- tendrían derecho inalienable a la vida, a la libertad y a buscar y procurar su felicidad” ¿Habrase visto semejante descaro? ¿Qué derecho tienen los gringos a inmiscuirse de manera tan aviesa en nuestra particular y soberana forma de diferenciar a los venezolanos por el color de su piel? Pero este señor King, que hace poco honor a su raza (a diferencia de Don King quien si es un verdadero ejemplo de juventudes) también ha dicho que “ahora ya no es posible permitirse el lujo de o tomarse los tranquilizantes de un progreso lento, de un progreso paso a paso. Ha llegado la hora de que las promesas de la democracia se hagan realidad”. ¡Golpista! A confesión de parte, relevo de pruebas. Este señor esta incitando a la rebelión ciudadana y a la desobediencia civil.





¡Qué siga soñando este fascista, golpista, oligarca! Venezuela no se rendirá.

Que sepa que lo tenemos vigilado, que le seguimos la pista, sabemos que él ha estado en la cima de una montaña, (estamos averiguando en cuál pues él dice que desde allí ha visto la tierra prometida..., basta con investigar desde cuál montaña gringa se ve Cuba) y , se sabe, que ha estado diciendo que “ya no se trata de una elección entre la violencia y la no violencia en este mundo: es la no violencia o la desaparición.” Esa es una confesión de que le están pasando línea a la Coordinadora Democrática, ¡es que acaso no es evidente que el pacifismo de las marchas está inspirada en esas palabras verdaderamente subversivas! Otro conspirador es un tal Thomas Jefferson quien ha hecho una defensa de las libertades individuales cuando califica de anticonstitucional un decreto que juzga a quienes calumnien contra el gobierno. En eso pretenden ampararse los medios de comunicación: ¡jineteras! También ha escrito un panfleto en el que dice que todos los hombres han sido creados iguales y, ríanse, "recibieron de su Creador ciertos derechos inalienables, entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; así, para asegurar esos derechos, se han instituido los gobiernos entre los hombres, derivándose sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; de tal manera que si cualquier forma de gobierno se hace destructiva para esos fines es un derecho del pueblo alterarlo o abolirlo, e instituir un nuevo gobierno, basando su formación en tales principios, y organizando sus poderes de la mejor forma que a su juicio pueda lograr su seguridad y felicidad".




¡Escuálido! Parece que le dictara los discursos a Mendoza, Cecilia Sosa a Julio Borges. ¿De que derechos inalienables habla? ¡Como si pudieran revocar el mandato del Presidente así no más, por que ellos quieran! Otro conspirador, llamado Benjamín Franklin ha estado diciendo que él cree que el mejor medio de hacer bien a los pobres no es darles limosna, sino hacer que puedan vivir sin recibirla. Como ven, se trata de una odiosa intromisión y un ataque contra la Misión Ribas y nuestro Mercal.

A otro, llamado Hemingway, se le ha escuchado hablando mal de Chávez, de quien dice “necesitó dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar”. Un tal Groucho Marx conspira contra nuestras instituciones militares al regar por allí que “inteligencia militar son dos términos contradictorios”.

"Lo único que hay que temer es el temor mismo", declaró un musiú llamado Franklin D. Roosevelt, frase evidentemente subversiva que ya la repite Marta Colomina. También un hombre llamado George Marshall anda diciendo que en el curso de cuatro años sólo necesitó US$12.500 millones en ayuda para restaurar las economías de Europa occidental, en un intento soterrado por sembrar dudas sobre nuestra capacidad administrativa, cuando todo el mundo sabe que es más difícil administrar 125 mil millones que diez veces menos.

No es un enemigo pequeño este. Razón tiene Chávez. Hay que denunciarlos y desenmascararlos. Tenemos las pruebas.

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