lunes, 19 de noviembre de 2007

¿Qué dicen las encuestas? ¿Votar o abstenerse?




Por: Nicolás Toledo Alemán


Un amigo venezolano, radicado en Perú, me pregunta:

Es lo de las encuestadoras una maniobra manejada desde el gobierno para que la gente vaya a votar??? ¿Qué dice la tuya, incluso con abstención??
¿Qué opinas de todo este asunto?
Abrazos y felicidades por tu excelente blog..

Ariel

Le respondo: todas las encuestas están dando aproximadamente lo mismo. Difieren entre si por el marco muestral que están usando o por la metodología empleada. Así, Hinterlaces utiliza encuestas telefónicas. En esas encuestas el NO sale abultado porque la penetración telefónica no es proporcional en todas las clases sociales. La de Mercanálisis es en cinco ciudades, el NO sale abultado porque no está representado ni todo el país urbanizado, ni mucho menos el rural. La de Seijas son sólo 600 casos, el margen de error debe estar por el +/- 4%. La de Datanálisis, la de Keller y la de C21 son urbanas, en ciudades de más de 20.000. Tienen 1200 casos las dos primeras (+/- 2,89 de error) y 1500 casos la de C21 (+/- 2,58% de error). En mi opinión estás últimas son las que más cerca están de la verdad, aunque se refieren al 80% de población más urbanizada y dejan por fuera al 20% más rural y proporcionalmente más chavista del país.

Qué están diciendo todas (independientemente del dígito que publiquen): 1.- que la gente no quiere la reforma. 2) que no la conocen, 3) que preferirían votarla por separado, 4) que votarían mayoritariamente NO (aquí difieren y dicen cifras entre 52% y 67%), 5) que la abstención debe estar entre 40% y 50%.

También a todas les da, pero no todos los medios lo dicen, que ENTRE VOTANTES, las proporciones cambian y el SI ganaría debido a la abstención del NO.

a otra discusión es si debemos votar NO o abstenernos. En mi opinión es una clásica disyuntiva entre la ética y la política. Éticamente, los abstencionistas tienen razón: votar es convalidar ilegalidades, inmoralidades, trampas y abusos. Pero políticamente no la tienen: la reforma gana así y un solo venezolano votara por ella. No es lo mismo que nos maten a que nos suicidemos. Si nos van a robar la elección, hay que ponérselas difícil. Es más difícil borrar a cuatro o cinco millones de electores que convencer a la opinión pública de que los que se abstuvieron en realidad están avalando la reforma y prefirieron irse a la playa o a comprar la navidad. Me da la impresión de que no entienden que la política es un conjunto de procesos dinámicos. Para ellos es una confrontación definitiva: se gana o no se gana, punto. No hay día después. Se toma la Bastilla y se decapita al príncipe, el Palacio de Invierno y se fusila al Zar. Si se falla, hemos perdido, fracasado y será mejor el exilio, el retiro o el suicidio más o menos deshonroso.

Pero resulta que el proceso político, con todas sus riquezas nos dice que un gobierno puede robar una elección, pero eso trae consecuencias impredecibles: funcionarios a los que le empiezan a flaquear las convicciones; cabos sueltos que salen a la luz pública; cambios en las correlaciones de fuerza (caso Podemos, PCV, etc.), se barajan las lealtades, se producen trastornos internos, la comunidad internacional presiona, los militares se ven obligados a definirse de bando, la propia gente ve escamoteado su voto y este tiene un valor simbólico muy grande, se reacomodan las alianzas, etc. etc.

Ahora, faltando apenas dos semanas, no hay tiempo para nada. Estaremos jodidos una vez más. Unos iremos a votar, para que nos llamen ingenuos o colaboracionistas, otros se quedarán en su casa y se consolarán con que no sucumbieron. Los otros, siendo apenas un 30% de la población volverán con su ¡Uh, Ah, Chávez no se va! creyéndose dueños de este país.

Ni siquiera parece que haya dirigencia alguna que salga el 2 de diciembre en la noche a decir, al menos, que una Constitución a la que sólo le vota un tercio de la población no puede ser legitima. Lo que si habrá es gente de oposición que le entrará a cuchilladas a la otra gente de oposición. ¡Así, así, así es que se gobierna!

domingo, 18 de noviembre de 2007

La Careta de Chávez. Editorial El País de España













Hoy en El País de España le dedican el Editorial a Chávez:

El País
Enlace: http://www.elpais.com/articulo/opinion/careta/Chavez/elpepuopi/20071118elpepiopi_3/Tes
18 de noviembre de 2007

EDITORIAL

La Careta de Chávez

Chávez se ha quitado la careta. De aprobarse por referéndum el 2 de diciembre la nueva Constitución, confeccionada a su medida, le otorgará plenos poderes. El líder venezolano está traspasando el límite de lo tolerable, pues la democracia no es sólo votos, sino también reglas de juego que permitan el juego Gobierno-oposición y, sobre todo, el respeto de las minorías. Y esto, él no lo quiere. Si no, no estaría machacando a los partidarios del no.

El referéndum se va a celebrar sin las más mínimas garantías. El Consejo Nacional Electoral está controlado por el chavismo y el censo está corrompido. Hay protestas de los estudiantes y otros sectores. Incluso hay rumores de descontento en el Ejército. En un gesto poco habitual, las academias venezolanas (incluida la de la Lengua) han manifestado su preocupación porque esta reforma constitucional se realice sin una elección previa y limpia de una asamblea constituyente.

Su enfrentamiento con el Rey puede darle alas para explotar durante mucho tiempo la crítica a España, pues no hay que olvidar la fecha de 2010 en que empiezan las conmemoraciones bicentenarias de las independencias de los países latinoamericanos. Además de poner en sordina los problemas internos, su populismo bolivariano sacará entonces un enorme partido de todo este rifirrafe.

Hacia el exterior, la tensión con España tiende a aislarle del resto de América Latina donde, salvo un puñado de dirigentes, se le teme más que ama. Quiere convertirse en la referencia de la izquierda latinoamericana revolucionaria y no le faltan seguidores que aplaudan su apuesta. Pero la cuestión es saber si el caudillo venezolano, pese a contar con los beneficios del petróleo, no ha alcanzado ya lo que Clausewitz llamaba ese "punto culminante de la victoria" que hace muy costoso el mantenimiento de las conquistas.

lunes, 12 de noviembre de 2007

¿Por qué no lo callamos?



Por: Nicolás Toledo Alemán

El hartazgo del rey Juan Carlos y la ovación con la que los mandatarios asistentes aclamaron su apoyo a las exigencias de respeto del impecable reclamo de Zapatero, unido al hecho de que los únicos apoyos que recibió el mandatario venezolano provienen de Carlos Lage, vicepresidente cubano y de Daniel Ortega (mesnada que paga el derecho de pernada que les impone el petróleo) son síntomas del rechazo que genera Chávez a nivel de las principales democracias del continente americano.

Una cumbre de jefes de estado y de gobierno es el último escalón de una larga escalera de trabajo diplomático. Allí se va a protocolizar las políticas previamente discutidas, acordadas y redactadas en trabajos de comisiones realizados por las distintas cancillerías. Cuando algún país no está de acuerdo con algo, instruye a su canciller y este a sus negociadores para intentar torcer la redacción de un acuerdo, el alcance de una política, los términos o condiciones de un contrato, etc. De tal modo que, cuando ya se dan cita los mandatarios, todo o la mayor parte o lo más importante de los acuerdos están a punto. Llegan los presidentes, los primeros ministros, los jefes de estado o de gobierno y, luego de las fotos protocolares, los intercambios bilaterales y multilaterales, y alguno que otro discurso, estampan su firma. Una cosa de la que poco se ha hablado es que la diplomacia venezolana acude a las cumbres iberoamericanas, así como a las de las Naciones Unidas, las de la Comunidad Andina o a las del MERCOSUR, sin participar en ese trabajo de comisiones o, en caso de haber participado, sin haber logrado imponer sus puntos de vista, razón que explica porqué Chávez llega a dichas cumbres a poner en entredicho los acuerdos previamente alcanzados por todos los demás. Esta cumbre iberoamericana era para llegar a acuerdos sobre cohesión social, algo de sumo interés para nuestros pueblos, pero a Chávez le parece que la palabra cohesión es inapropiada, él prefiere el de justicia social (léase conflicto o lucha de clase cuando no revanchismo social).

Imaginemos el hartazgo que debe producir esa actitud en quienes ya gastaron su cuota de paciencia negociando, cediendo, aportando, discutiendo durante meses. Imaginemos el desconcierto de la anfitriona, la presidenta Bachelet, que habiendo discutido el menú, pretendan cambiárselo a última hora.

Pero hay otra fuente de desconcierto, molestia y hasta bochorno: Chávez lleva cinco años, cinco largos años hablando de lo mismo en esos foros internacionales: los fascistas, golpistas, imperialistas (y agregaría mi hijo: autopistas, manicuristas, recepcionistas) intentaron tumbarme en abril del 2002. Usted, él, aquella, no hicieron nada o si hicieron algo, que yo recuerdo y traigo acá. Y este, aquel o el de más allá, dijeron o no dijeron o interpreto yo y ahora me queda claro… Y mister Bush y los yanquis y el imperio y la campaña mediática tal cosa o tal otra.

Lo cierto del caso es que Chávez ha logrado algo impensable hasta hace unos días: poner a Zapatero a defender a Aznar, a Aznar a agradecerle a Zapatero y al Rey su defensa. Con su improcedente actuación atacó por igual a los socialistas, a los populares y a los monárquicos españoles algo que no logró ni Al Qaeda .

Queda ahora, para nosotros los venezolanos, principales y continuadas víctimas del presidente sinsorgo, mandarlo a callar una vez más negándole esa majadería llamada reforma constitucional con el más efectivo estertor: votando NO. Espero que se nos permita, dado lo que estamos sufriendo con su presencia autoritaria y kitch, agregarle a la frase del Rey el muy castizo vocablo:¡Coño!

jueves, 8 de noviembre de 2007

El dilema venezolano con la reforma constitucional


Por: Nicolás Toledo Alemán


Las cosas acá se están saliendo de madre. Tenemos un país dividido en dos partes más o menos iguales (en número de personas que están a favor y en contra de Chávez). No obstante, el rechazo a la reforma es de cerca de un 60 a 65%. La intención de voto es de un 50%. Pero ese abstencionismo afecta considerablemente más al NO que al Si, lo que hace que, desde el punto de vista electoral, la reforma constitucional de Chávez contando con un peso real del 30 a 35% de apoyo se impondrá con aproximadamente 55 a 60% de los votos.

Esos son los datos de opinión pública pero, desde el punto de vista político, las cosas son más complicadas.

Las fuerzas que se oponen a esta reforma están divididas en dos: 1) los no concurrentistas cuyas fuerzas están compuestas por quienes consideran: a) que votar legitima a un gobierno ilegítimo, b) que la reforma constituye un fraude constitucional que no se debe convalidar, c) que no hay garantías para un sufragio libre donde se respete la voluntad popular, d) que aún habiendo participación electoral y elecciones limpias (haciendo caso omiso de consideraciones jurídicas, normativas y principistas) Chávez no admitiría la derrota. Y 2) los concurrentistas quienes consideran que Chávez se está confrontando electoralmente, por primera vez, en desventaja numérica, que puede perder las elecciones y que habría que aprovechar la oportunidad.

Esta división entre las fuerzas opositoras es, evidentemente, nuestra mayor debilidad pues no hay ni tiempo ni voluntad política de acordar una línea de acción común antes del 2 de diciembre. En mi opinión, esto lo han entendido muy inteligentemente los estudiantes, de allí que estén pidiendo una posposición del referéndum para febrero. Esta solicitud la están haciendo los estudiantes, por una parte, bajo el argumento de que un régimen que se dice democrático participativo que empodera al pueblo tiene que darle al pueblo posibilidades de informarse adecuadamente (sólo hemos tenido un mes para conocer la propuesta). Discurso impecable que busca legitimarse como más democráticos y más creyentes en el poder popular que el gobierno que clama por más poder para el pueblo. Por otra parte, haciendo una doble apuesta no tan explícita: que mientras más se conozca este bodrio de reforma menos apoyos tendrá y que en febrero el gobierno no tendrá las condiciones macroeconómicas (déficit fiscal, reconversión monetaria, inflación) consigo.

Los estudiantes son, hoy por hoy, la única fuerza social y política activa. Los partidos están paralizados. Estos estudiantes gozan de una legitimidad popular impresionante (es el referente mejor evaluado en las encuestas más que la Iglesia y los Medios de Comunicación) tienen un discurso fresco, basado en valores universales, principios éticos, por la no violencia, no tienen rabo de paja ni vinculación partidista o con el pasado. Están a nivel nacional, particularmente en Caracas, Aragua, Carabobo, Lara Zulia, Mérida y Táchira y son tanto de universidades autónomas como experimentales (públicas) como privadas. El que los estudiantes estén en la calle contra este gobierno tiene un impacto simbólico muy grande: ¡un gobierno revolucionario que no cuenta con los estudiantes! Eso es algo insólito para la opinión pública mundial y de izquierda en particular (PSOE, verdes, socialistas en Brasil, Uruguay y Chile etc.).

Luego está el factor militar. Una gran incógnita. ¿Baduel es síntoma de qué al interno de las FFAA?. No creo que haya posibilidad material, operacional, de unidad de mando para un golpe, aunque si para presionar a Chávez soterradamente. Si es un sentimiento grande, importante, pudiera llevar a Chávez por cálculo político y táctico a posponer sus intentos por imponer sus políticas, pero hasta allí.

Por último está el Gobierno y sus partidarios. No se les ve muy activos en esta “campaña electoral”. El discurso de Chávez en la avenida Bolívar el domingo 4, y los actos de esta semana son clave: represión contra los estudiantes, utilización de bandas paramilitares para el amedrantamiento, loas a los encapuchados, exaltación de la lucha de clases, acusar de violentos a los estudiantes, amenazas a las universidades, utilización ostentosa de las fuerzas represivas, utilización del CNE de manera tendenciosa contra el NO, amenazas a los medios de comunicación, utilización del chavismo de base (lo que ellos llaman la inteligencia social) para amedrentar a Globovisión y a los dirigentes estudiantiles, discursos anti autonómicos; utilización burda del cinismo y la mentira con la intención evidente de provocar, etc. etc.

Luego está un factor contextual muy importante aunque todavía difuso: las conversaciones de Chávez con las FARC y la inclusión en la reforma constitucional de la posibilidad de establecer una confederación de naciones con Cuba, Bolivia, etc. Chávez podría estar tramando con lo de las FARC un juego en dos tableros al mismo tiempo: por una parte utilizar la liberación de rehenes con fines de capitalización política y de imagen y, por otra parte, una alianza aún más explícita y orgánica con ellos para favorecer una victoria electoral del Polo en Colombia. Esta posibilidad, aunada al eje La habana, Caracas, La Paz (y con una participación todavía menor de Quito y Managua) hacen de nuestro futuro latinoamericano una pequeña (¿) bomba de tiempo.

Conclusión:

Me debato entre sacar como conclusión que Chávez ya no va a quitar el pie del acelerador llevándonos por delante o que podemos seguir poniéndole obstáculos hasta que los pasajeros de este autobús empiecen a criticar al conductor.